Efesios 4:31-32 ¨Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Mas bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.¨

El perdón es algo que nace en y del corazón de Dios. Es un acto altruista, la definición de esta palabra encaja perfectamente en lo que Jesús hizo en su paso en la tierra. El altruismo es lo contrario al egoísmo, es ser diligentes en procurar el bien del prójimo aún a costa de nuestro propio bien. ¿Acaso Jesús no nos dejó su ejemplo? Leer Mateo 7:12

El perdón es libertad, ¿de qué? De la condena que merecíamos (de parte de Dios), de la deuda que teníamos (con Dios) y de vivir encarcelados eternamente (por no aceptar la muerte expiatoria de Cristo). 

Una consecuencia del perdón de Dios hacia nosotros y de nosotros hacia nuestros ofensores es sanidad y paz en nuestra mente y corazón. 

Meditemos; ¿cuál debería ser nuestra respuesta frente a los que nos ofenden? En Hechos 7.55-60 tenemos el ejemplo de Esteban.

1) Romanos 12: 21 ¨No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien¨. 

La actitud de Esteban tiene intima relación con este pasaje allí en Romanos.  No se dejó vencer por el mal. Su respuesta fue; ¨no les tomes en cuenta este pecado¨. 

2) Hechos 7:55ª ¨Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo...¨ la relación que tengamos con el Señor se ve reflejada frente a como actuamos cuando nos ofenden. Ser llenos de Su Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, con nuestras fuerzas naturales no podemos perdonar. 

3) ¨Fijó la mirada en el cielo¨ tener el enfoque correcto y no olvidando cómo, quién y cuanto se nos perdonó. 

Perdonar es decidir, Jesús decidió perdonarnos, nosotros con la ayuda de Su Espíritu podemos vencer con el bien el mal. Hemos recibido de gracia, por tanto, de gracia debemos dar. 

Proverbios 17:9a ¨El que perdona la ofensa cultiva el amor¨.

Perdonar a quien nos ofende transforma nuestra tierra seca y árida en un hermoso jardín donde se cultiva el amor. ¡El milagro del perdón ocurre en el instante preciso que decidimos soltar la ofensa y dejarla en manos de Dios!

Gracias Padre por enviar a tu Consolador quien nos ayuda a perdonar y nos hace fuertes para vencer. 

Por: María Marichal